Domingo pochoclero

Tal cual pronosticaba el canal del tiempo el dia amanecio absolutamente soleado y sin una nube en el horizonte. Pese a los dos platos y yapa de Feijoada no soplaban vientos desde Jersey city pero la caipiriña habia dejado algo abombada mi cabeza.
Despues de hacer todos los menesteres propios de la mañana, enfile reaudo para el empire state. Llegue rapido pero mi prisa tuvo un freno en seco cuando vi que habia una cuadra y media de cola solo para entrar al edificio. Traducido a tiempo, una hora y media para llegar al primer ascensor. El mismo energumeno que me dijo cuanto tiempo iba a tardar me ofrecio hacer una atraccion mas previa a subir por 20$(verdes) y a la salida de la cual solo tenia diez minutos para llegar hasta arriba, al observatorio. No lo dude dos veces y compre el ticket para el NYSKYRIDE, al cual pude entrar una vez pasados los controles de seguridad tipo aeropuerto que se requieren en el empire state. El NYSKYRIDE es un espectaculo extorsivo que solo vale la pena para no hacer una hora y media de cola a la sombra y enfermarse.
Despues de atravesar un par de cuartos en donde uno va apretado como sardina mientras le pasan videos se llega a una especie de cine mezclado con montaña rusa. La pantalla esta fija pero la platea se mueve simulando la inercia de un helicoptero. Kevin Panceta relata haciendo el papel de Troy MCclurde. El resultado es una pelicula fuera de foco, unas ligeras nauseas y que lo dejen a uno colarse sobre gente mas pobre o amarreta.
Igual no todo fue soplar y hacer botellas, salido de la estafa hice una larga fila hasta llegar al ascensor, de ahi me subieron al piso 80 donde me esperaba otra larga fila para otro ascensor o subir seis pisos por las escaleras sin esperar. Obviamente fue la opcion que tome. De todas maneras subi a paso de hormiga oliendo el trasero de la persona de adelante y con la nariz del de atras en el mio.
Finalmente llegue arriba para comprobar que toda esa gente que estaba abajo era la punta del iceberg y que la densidad de personas en el observatorio era comparable a la cantidad de moscas que puede haber en un excremento al sol en pleno verano.
Mas alla de todas estas cuestiones, la vista desde arriba es increible y vale la pena subir. Sin importar que del lado de la sombra se te hielan las manos y que del lado del sol hay tanta gente que parece que el edificio se va a volcar por el desequilibrio en el peso. Me quede un rato sacando fotos para todos lados como japones enloquecido y cuando me canse de que me empujen, baje. primero los seis pisos por la escalera, despues otra larga cola que astutamente pasa por la tienda de recuerdos y finalmente llegue a a calle sano y salvo. Despues de todo, nadie que suba en la actualidad este edificio puede evitar pensar que en algun momento puede llegar a ligarse un avionazo.
Camine unas cuadras por Broadway, comi un sanguche pedorro y llegue al edificio nuevo del N.Y. Times, otra joyita mas de Renzo Piano. Un rascacielo elegante, sutil y con una imagen fuerte e inconfundible. Saque un par de fotos y enfile hacia mi otro destino programado. La estatua de la libertad. Eran las 13.30 hs y me subi al subte 1 de la linea roja con destino a Battery Park.
Cuando llegue a la terminal de ferry pense en desistir de la idea. doscientos cincuenta metros de cola para subir al barquito y esta vez ni existia una atraccion de soborno para ahorrarme la cola ni estaba dispuesto a que el dinero se me siguiese escurriendo de las manos como agua. hable con Sebas por telefono, me tiro un par de alternativas pero ni bien colgue la cola empezo a avanzar raudamente mientras pasaba puestos con musicos callejeros que se superponian unos sobre otros. Y lento pero seguro llegue a la terminal donde otra vez "me retuvieron mis cordones y mi cinto".
Mientras caminaba en fila por la terminal como ganado llegue a la conclusion que N.Y. e una ciudad eminentemente pochoclera, a la medida del gran publico que busca lo exagerado, los efectos especiales y que cada rincon haya salido en alguna pelicula de Hollywood. Y dentro de ese esquemas creo que yo justamente hice dos de sus main atractions juntas. Porque yo tambien tengo mi parte de publico pochoclero y no me lo paso yendo de una biblioteca a una pequeña coleccion de arte. No, nada de eso. Me saque mi Citi pass, ya fui al Met que es un museo exageradisimo y casi diria con una coleccion tan impresionante por la cantidad, la calidad como por lo cocoliche. Donde se vio un museo de arte que guarde armaduras, pinturas impresionistas, colecciones antiguas y un templo egipcio todo junto. Que ademas tiene una cafeteria paqueta donde harry conocio a Sally. Y yo para no ser menos comi en el delli del fingido orgasmo de sally y en el de Woody Allen. Cierro un parentesis que nunca abri diciendo que todo tiene un toque de algo hecho para el aplauso, para llamar la atencion o para tenerla mas grande, como el mismisimo Empire State.
Un par de ferries mas tarde logre embarcar y reconozco que la vueltita en barco es muy linda. La vista de la punta de Manhattan desde el agua es increible y la estatua de la libertad tiene su polenta. Llegue a la Islita de la estatua, di la vuelta al perro y descubri que por suerte para entrar a la estatua habia que sacar los tickets en N.Y. ya que ahi no se vendian. Me senti aliviado de poder renunciar a conocerla y solamente tener que hacer otra cola monumental para volver a embarcar. Por supuesto renuncie a pasar por Ellis Island.
Baje feliz a las cinco de la tarde en el puerto, vi un grupito que hacia un espectaculo callejero de baile muy bueno y gracioso y me puse a caminar. Primero fui al agujero del Word Trade center. Despues a Wall Street, toda esa zona vacia en domingo es muy linda y no hay que hacer cola. Y de ahi finalmente al puente Brooklyn.
Alguna vez vi el documental de como se hizo, hoy lo camine y no pude menos que sentir una gran admiracion. Ademas de ser "bonito" es para su momento una hazaña estructural y constructiva. Ademas la vistas desde el puente tambien son increibles.
Al bajar logre hablar con sebas, nos encontramos en la estacion de subte de Springs y de ahi caminamos por el Soho y algun otro lugar hasta llegar a un restaurant mexicano en el china town, donde comimos muy bien y bebimos unos buenas margaritas. Despues dimos otra vuelta mas pensando en encontrar un bar para un cerveza antes de volver pero pudo mas el cansancio y la no aparicion de un lugar tentador.